La casa comenzó con un intento de rescatar la esencia de las casas mexicanas, como lo es un patio central rodeado de áreas habitables, por lo que fue por lo que partimos, seguido por un programa, que aunque contaba con necesidades muy específicas, permitía cierta flexibilidad.

Con un frente de 50 metros quisimos lograr una fachada completamente ciega a la calle, así que el elemento principal se encuentra al centro de la casa en forma de un espejo de agua que refleja la luz al interior y a las circulaciones, y divide los pasillos y puentes que conectan el patio central, corazón de la casa.

Desde la entrada con un atrio que resguarda un acceso peatonal se tiene la sensación de entrar entre los bloques que albergan las distintas áreas y que están separados por los elementos exteriores, pasando por la puerta principal y teniendo de frente el elemento principal de la casa el cual deja al visitante ver a través de los muros de piedra que separan la vista de las áreas privadas y públicas.

La sección pública de la casa se encuentra en la parte trasera, la cual conecta con el jardín y el campo de golf, esta está compuesta por 3 áreas que pueden ser tanto públicas como privadas, dándole una versatilidad al uso cotidiano y de reunión, a través de muros dobles que alojan puertas de cristal corredizas, los cuales, al estar totalmente abiertos, hacen que el espacio interior se convierta en espacio exterior.

La meta de nuestra arquitectura no es solo el espacio como tal, sino también la experiencia que da el traslado de uno a otro. Como es en este caso por medio de puentes que conectan las recámaras superiores con vistas a las áreas privadas, dándoles un uso pasivo a las áreas que no se ocupan, pero a su vez están presentes, convirtiendo estas áreas en parte de la vida diaria del usuario.

Los muros de piedra que se encuentran en el patio central, fueron situados de manera que sean, no solo los protagonistas del espacio a doble altura, sino la antesala a las vistas que dan paso a las áreas privadas, que se manifiestan en todo momento mientras se circula por la casa.

La orientación también fue un factor importante ya que al ser una zona boscosa y de clima frío, las recámaras, cocina y estancia familiar, se dirigieron al sur, para así obtener un clima más templado en toda la casa.