Se nos encomendó la remodelación de una casa, un cascarón prácticamente terminado en obra blanca; sin embargo, no cumplía con los requerimientos del cliente tanto estéticamente como funcional por lo que decidimos hacer una intervención mayor.

El terreno está ubicado en una esquina que va bajando una pendiente pronunciada hasta desembocar en una glorieta con una calle cerrada 7 metros por debajo del nivel de calle en la parte más alta. Siendo ésta parte superior la avenida principal del fraccionamiento tratamos de cerrar completamente la fachada hacia esta, por medio de un muro de piedra, el cual alberga las circulaciones verticales y accesos a las áreas privadas.

Abrimos completamente la fachada posterior de la casa hacia el bosque generando una doble altura que parte justo los volúmenes que albergan las habitaciones en la planta alta. Desde el principio propusimos extruir los volúmenes de estas recámaras, flotándolos entre las estructuras dándole a la casa ligereza con el cristal y estructura, pero a la vez teniendo 3 grandes bloques de mármol saliendo de esta.

El acceso se trasladó hacia la calle cerrada dándole la privacidad necesaria flanqueado por espejos de agua, dejando al usuario internase al volumen de piedra y acero.

Cruzando la puerta principal nos encontramos con un pasillo distribuidor, el cual se duplica en la planta alta en forma de puente, teniendo así solo dos circulaciones horizontales y una vertical. Es en este pasillo donde desembocan tanto el acceso del estacionamiento, como el acceso principal y las circulaciones, dándole la importancia que queríamos al protagonista de la casa, “EL MURO DE PIEDRA”, el cual no solo es interior sino exterior, otorgándole no solo un uso estético sino estructural, ya que es el elemento que sostiene las escaleras metálicas y sujeta los puentes en la planta alta.

Al entrar al pasillo de la planta alta, duplicamos tanto lo que sucede en el exterior con el interior formando bloques con los mismos cuartos hacia la circulación privada. Al recorrerlo, no solo se tiene esta sensación de pasillo sino que, este, al cruzar por encima del comedor doble altura nos deja tener una vista de toda la cañada, dando al usuario de la casa la oportunidad de ver una zona de la misma que no se usa todos los días, pero que está presente (el comedor), haciendo de este un espacio que se integra con toda el área pública y que a la vez permite un vistazo rápido desde las circulaciones de las áreas privativas.

Por último, se conservó el espacio residual de la casa anterior, la terraza producto de la losa de estacionamiento. Esta terraza es el elemento que integra todas las áreas privadas, hasta las áreas públicas y se conjuntan en un espacio social multifuncional con excelente orientación.